La comunicación interna suele ser una dimensión clave en lo que respecta al desarrollo de las organizaciones. El término se refiere a los distintos canales y mecanismos de trasmisión de información, que se dan dentro de una organización, y que están dirigidos a su público interno. Este proceso puede darse por distintas vías y en diferentes niveles.
Hoy en día, uno de sus principales objetivos es dar respuesta a las nuevas necesidades de las organizaciones. La “nueva normalidad” a la que nos enfrentó la pandemia puso enfrente, en un primer momento, la urgencia de redefinirse y adaptarse, mediante nuevas herramientas y prácticas. Luego de transcurrido ya cierto tiempo, en algunas organizaciones, los cambios parecen haberse instalado a largo plazo a pesar de que en un primer momento se hicieron en respuesta a la emergencia.
El desafío de la comunicación interna como herramienta para gestionar el proceso de cambio
Desde que el home-office se instaló en nuestra cotidianidad de manera inminente, la comunicación interna ha resultado la principal herramienta para gestionar el cambio. La gran mayoría de las empresas se han visto expuestas al desafío de comunicar en la era de la “sobre comunicación”, y al arduo trabajo, de mantener la moral y el compromiso de sus colaboradores ante una relación laboral a distancia.
Pero… ¿Cómo lo lograron? ¿Lo hicieron?
Comunicación Interna hoy: herramientas, técnicas y capacitación
La comunicación interna y el tipo de liderazgo están sumamente relacionados. Es por eso que mandos medios y altos han tenido que capacitarse, adquirir soft skills nuevas para reinventar su rol y llevarlo a cabo de una manera más efectiva.
Esto implicó desde la erradicación de rumores e incertidumbres laborales, propias del contexto, hasta el acompañamiento y motivación que se les brinda a los colaboradores para enfrentar la situación de una manera más amena.
La principal premisa, en este proceso de adaptación, es (o debería ser) velar por el bienestar emocional de ellos para que el sentido de pertenencia y la motivación no se vean afectadas, y esto pudiera generar un impacto negativo en la productividad.
El accionar más certero y asertivo consistiría entonces en dar un mensaje claro y preciso, mediante una fuente intuitiva de fácil acceso que permita una comunicación recíproca y fluida. Esto implicaría, junto a un plan de comunicación interna, la implementación de nuevas técnicas y herramientas por donde llevarlo a cabo.
Las empresas han tenido que confiar en la tecnología como principal fuente de comunicación, llamada también Comunicación 2.0. Hoy todos estamos familiarizados con canales como Slack, Discord, o plataformas virtuales como Zoom o Skype. Asimismo, asistimos y hemos incorporado a nuestra rutina laboral actividades tales como cafés y afters virtuales con juegos, charlas de distinta índole y temática. ¿Será esto suficiente y sostenible en el tiempo?
Construcción de una nueva comunicación interna
Existen casos, como CONEXIONHR, en los que la forma remota de trabajar es nativa. La amplia experiencia en el uso de estas herramientas nos enseña como la búsqueda de fluidez en los procesos cotidianos son la clave que permite que nuestro trabajo jamás sea “en soledad”. Podemos estar en distintos barrios, países, continentes y zonas horarias, pero la noción de grupalidad y trabajo en equipo está presente en todas las instancias.
La comunicación como instrumento de construcción de lazos sociales está en proceso a adaptarse a las nuevas modalidades de trabajo. Si bien somos conscientes de que la revolución digital es dominante, hay cuestiones propias de nuestra naturaleza que resultan un desafío de afianzar a través de medios virtuales: la camaradería y la colaboración.
Para nuestra fortuna hoy nos toca ser parte del cambio y encontrar (y por qué no: también “elegir”) el punto de equilibrio. Trabajo remoto sí, presencialidad también. Somos el futuro resignificando el mundo laboral. Hagámoslo, sin olvidarnos que también somos seres sociales.
